¿Tienes un cofre como éste? Ahí debes guardar tus pastillas y demás químicos, es recomendable. Y Gil le siguió hablando sobre el cofre por un buen rato tratando explicar las bondades de éste y los peligros que dejaría pasar si logra usarlo en determinadas ocasiones.
El cofre finalmente es solo el pretexto para poder entrar el ruedo, allí todos tienen un cofre, casi igual o muy parecido.
Siguió Gil: en la entrada, entregas el cofre, por que a la fiesta no puedes entrar, ni estar sin él.
Entonces Ybis tomó el cofre, ya muy elegante delante de todos, no era una extraña y todos la saludaban, a veces compartían lo del interior, eran pequeñas pastillas, dosis mínimas y efectos supraterrenales, ella entregaba y cogía, no se los llevó a la boca, hasta que lo vio acercándose para pedirle y tomar un bocado, era tal cual le habían descrito, y sin darse cuenta él, ya estaban desnudos e Ybis sacó otro cofre donde estaban las que ella trajo y le invitó a saborear de ese, quedando dormido hasta que deje de funcionarle el cuerpo.
Y ella pudo ya llegar a su departamento de la calle Lions, numero 347 en la que pudo respirar por fin, tranquila quemando el cofre...
lunes, 17 de diciembre de 2007
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