Tengo un amigo que colecciona boletos, muchos boletos, no se cuantos, imagino que ya deben bordear la palabra miles. Alguna vez le pregunté, ¿para qué? (o creo que no lo hice o alguien se acerco y lo hizo delante mio) estaba preparando un proyecto, fue su respuesta. Varios meses después, bordeando el año y nuevamente en una chamba, en medio del tiempo muerto que hay en los trabajos, otra vez comentó sobre boletos y otro amigo dijo, que había visto una expo de algún artista, con boletos de buses urbanos limeños y mi pata, el de los boletos, saltó y dijo: nooooo!!! no!! no! y preguntaba de que trataba y cada vez que el otro respondía, de esto o de aquello, el de los boletos seguía diciendo no!, no!!, no!!!
Cuantos viajes incómodos, frenadas sin sentido, gritos, roces, miradas, empujones agradables y no, buenos momentos, buena música y a veces no, buenas lecturas, buenas conversas o solitarios viajes, para más boletos y boletos, bordeando los miles.
No se porque, desde esas conversaciones ya no tiro a la basura los boletos .
Fotografía: Franco GB
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